Mike Hardin termina de contarnos su encuentro con Cristo. En la cárcel recibió una gracia que le hizo caer en la cuenta de que su vida tenía que cambiar, pero no sabía a qué religión acudir. Tras la lectura de «La ciudad mística de Dios», comprendió que tenía que ser católico. Tras comprender que la confesión era necesaria para su vida espiritual, se abrió el canal de la gracia que transformó completamente su vida.