Martin Kelly, tras el trauma provocado por la muerte de su jovencísimo amigo, se mete en el mundo de la droga, de eso pasa al robo, a las relaciones inmorales… a una vida que le llevó finalmente a la cárcel. Buscando una excusa para salir al menos unos momentos de la celda, fue a Misa. De regreso a su encierro, experimentó una inquietud, una voz y un deseo grande de volver a ver la luz.