Desde los 16 hasta los 23 años, Jesús García se emborrachaba todos los fines de semana. Pero, estando en la discoteca, tuvo un encuentro con el vacío. En ese momento, empezó a procurar llenar tal vacío con todas sus fuerzas. Al ver que no salía adelante, comenzó a preguntarse si merecía la pena seguir viviendo. ¿Cómo encontró este periodista y escritor el sentido de su vida en Jesucristo Crucificado?