El Hno. Mateo Rodríguez, PdE, nació en Argentina. En su familia no le faltó nunca nada, gracias al esfuerzo de sus padres. Desde pequeño fue un niño muy alegre, pero perdió este don al llegar a la adolescencia. Empezó a meterse en el mundo de la noche, la bebida, la impureza… Era un intento de llenar el vacío que sentía dentro, pero, en vez de llenarlo, lo hizo más grande. El Señor, que tenía planes muy grandes para él, le fue salvando de muchos peligros hasta su encuentro con tres monjes.