Una juventud marcada por el choque entre las enseñanzas recibidas en casa, según la fe católica, y las influencias exteriores: ideología de género, feminismo... Hilda, de momento, escoge el mundo, pero con 19 años sufre un episodio que marcará su juventud: es víctima de un abuso sexual. Solo dos años más tarde queda embarazada estando soltera y, para desarrollar su futuro profesional, dejará a su hijo con sus padres. Una familia destrozada acabará con Dios en el centro gracias a un retiro en el que el Señor le devolverá el ciento por uno.
Si quieres conocer el testimonio de su hijo, también está aquí, en cambio de agujas, es Juan Pablo Maya.