Ada Navarro nació en las Palmas de Gran Canaria (España). Sus padres decidieron no bautizarla, por eso creció sin ningún conocimiento de Dios. Frecuentaba fiestas y vivía una vida superficial, pero conoció a una persona que vivía su fe con coherencia: esto despertó su curiosidad. Estudiando en Alemania, al verse en dificultades, sintió la necesidad de pedir ayuda a Dios. Sorprendida al ver la respuesta de Dios, comenzó a dar los primeros pasos que finalmente le llevaron al bautismo.