Este video tiene una pequeña historia…

Un señor de Estados Unidos me envió a mí, Elías, un enlace a un canto georgio, entonado por algunas monjitas de este país… Me dijo que Harpa Dei “tenía que aprender este canto”, y añadió que era la canción más bella que jamás había escuchado. Según él había podido averiguar, era un canto de cuna, y en alguna fuente había leído que la Virgen María se lo habría cantado al Niño Jesús.

Cuando yo escuché este canto, inmediatamente percibí su sublime belleza, característica de la música de Georgia. Me acordé entonces de que, estando con los monjes en el monasterio de Valaam en Rusia, alguien había dicho: “En el cielo, serán los georgios quienes canten.”

De hecho, no es la primera vez que nos encontramos con la maravillosa música de Georgia. Ya antes habíamos grabado y publicado el canto georgio Shen khar venakhi.

Pero… ¿será que un canto de cuna es lo apropiado para Harpa Dei, que normalmente entona el coral gregoriano u otras tradiciones musicales, enfocándose propiamente en el canto sacro? ¿Será lo idóneo que interpreten un canto cuyo texto refleja la tierna forma como una madre habla a su niño? Y, ¿qué se podría mostrar en un video? Pero, ¿no había una historia de que la Virgen María se lo habría cantado al Niño Jesús? Bueno, la razón inmediatamente diría: “Pues sí, una bonita leyenda”

Sin embargo, la belleza de este canto ya no me soltaba…

Y entonces fue surgiendo en mí este pensamiento: ¿No podría ser un canto que no se entone para un solo niño? ¿Qué tal un canto de cuna para nuestros “preferidos”: los niños no nacidos, que están aún en el vientre de su madre? ¿No podría la belleza de este canto acaso tocar a las madres o a los padres, para mover sus corazones a amar y aceptar al niño en el vientre? ¡Y que los niños sepan que los esperamos!

Así todo empezó a tomar forma… Y ¿qué había de la historia de que la Virgen le habría cantado este canto de cuna al Niño Jesús? ¡Y este Jesús nos la ha dado a todos por Madre, y todos estamos llamados a convertirnos en hijos de Dios, a través del Niño de Belén! ¿Será que Ella puede cantar junto a nosotros este canto para todos?

Y así fue surgiendo el canto…

Ahora, es un canto de cuna para todos los niños: para los no nacidos, pero también para aquellos que no han experimentado el amor de una madre, así como para aquellos otros que sí tuvieron la dicha de crecer rodeados de amor…

Gracias a la Madre de Dios, este canto se ha extendido a todos los niños, y gracias a la inspiración del Espíritu Santo, viene acompañado por una fuerte bendición sacerdotal y una oración con autoridad, para que toque los corazones de las madres y de los padres que están en peligro de no acoger la vida que les ha sido confiada.

Si lo creen, será ahora la canción de la Virgen María, que Ella canta junto a nosotros con la intención de consolar y salvar a sus hijos.

Por eso, nuestro gran pedido como Harpa Dei es que acompañéis con vuestras oraciones el canto IAVNANA, para que traiga bendición, y que lo difundáis. ¡El cielo y los niños os lo agradecerán!