El sacerdote Javier Silva es sobrino carnal de la reina Fabiola y, por tanto, del que fue su esposo, el rey Balduino. Le conoció bien, especialmente en su faceta más religiosa y espiritual. "Como regalo por mi ordenación le pedí el rosario que él más hubiera usado, con el que más hubiera rezado. Y me lo regaló". Siempre lo lleva encima. En la presentación del libro "El rey Balduino. El legado de su vida", publicado por la editorial Libros Libres, el padre Silva recordaba emocionado cuando su tío Balduino le pidió ser escuchado en Confesión. Sería la primera absolución que daría como recién ordenado sacerdote.
La espiritualidad y la llamada a la santidad de su tío el rey Balduino dejó una profunda huella en el entorno familiar, decía el padre Silva. Una impronta que ha quedado reflejada en las vocaciones surgidas en generaciones posteriores de la familia. La figura de su tío, asegura, "siempre me acompaña y me hace presente cómo Dios obra grandemente en la pobreza cuando nos abandonamos en sus manos". "Antes que jefe de Estado, antes que rey, era un hombre pobre, sencillo, como María". Balduino, dice su sobrino, era un ‘anawin’ (pobre de Yahwé).«"pedía constantemente ayuda a Dios para asumir su debilidad y construir así su santidad", afirma en este vídeo el sobrino de los reyes Fabiola y Balduino.