Durante 24 años fue miembro de la masonería hasta alcanzar el grado 12. Sin embargo, tras una peregrinación a Lourdes inició su proceso de conversión y volvió a la fe católica. Serge Abad-Gallardo cuenta desde su propia experiencia cuál es la realidad que se esconde detrás de la masonería.
“Si quisiera resumir qué es la masonería diría que es una contra-iglesia, yo puedo testificar que esto es verdadero”. Al volver a la fe, se dio cuenta de que era totalmente incompatible ser católico y masón. Ahora habla de su experiencia y explica cuál es la realidad de la masonería y los peligros que encierra.
“Comprendí que la masonería lleva en sus fundamentos una doctrina luciferina”, revela en este testimonio, aunque aclara que eso no quiere decir que los masones sean satanistas, ya que muchos no lo son. De esta realidad habla en su libro “Servía a Lucifer sin saberlo”.
Asimismo, Abad-Gallardo sostiene que la masonería es una religión y un medio político. Sobre esta última característica, este ex masón comenta: “El ejemplo más claro que tenéis aquí en España, las logias apoyan, cuando no están en el origen de lo que está pasando ahora en Cataluña”.
Tras recalcar la imposibilidad de ser masón y católico, Abad- Gallardo subraya: “Cualquiera que sea la obediencia impone la creencia en el ‘adogmatismo’ para seguir el camino hacia la verdad y eso un cristiano no puedo hacerlo, porque tenemos que llevar con nosotros nuestros dogmas para caminar en el camino de Cristo, si no, se llama apostasía.”

En el libro Por qué dejé de ser masón, publicado por la editorial Libros Libres, Abad-Gallardo cuenta los secretos de la masonería y su propio itinerario espiritual hasta llegar a abrazar la fe católica.

En sus años en la masonería, Abad-Gallardo pudo constatar que existe en el seno de numerosas logias masónicas ciertos comportamientos anticlericales y hostiles a la Iglesia Católica, explícitamente reivindicados y así lo cuenta en su libro.

Abad-Gallardo abandonó la masonería de manera formal en 2013, tras haber retomado su camino hacia la Iglesia Católica. “Para mí, se trataba de un callejón sin salida, incompatible con el camino de mi fe católica. Me preguntaron si no tenía miedo a irme. En un departamento tan masónico como l’Aude, en una ciudad como Narbona donde el porcentaje de masones es tan importante, abandonar la masonería y, además, escribir este libro, me valdría el cierre de varias puertas. Y bien, ¡qué me importaba después de haber abierto el corazón al Señor!”