Para comprender la vida de santa Juana de Arco hay que conocer su misión. Sus voces le preparaban para realizar esta particular vocación que tenía; de una parte, una dimensión temporal y política, como era liberar a Orleáns y coronar al Delfín, pero también una dimensión sobrenatural: declarar la realeza de Cristo en la tierra. Nos enseña que el poder temporal debe llevar al bien común y este bien común nos debe llevar a Dios.