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- ¿Quién era Carlo Acutis?

Carlo Acutis fue beatificado por la Iglesia católica en Asís el 10 de octubre de 2020 por un milagro atribuido a su intercesión.
Nació el 3 de mayo de 1991 en Londres, Reino Unido, en el seno de una familia italiana, originaria de Lombardía. Sus padres, Andrea Acutis y Antonia Salzano, se encontraban en Londres por motivos profesionales en el momento de su nacimiento, sin embargo, tras el nacimiento de Carlo, la familia Acutis regresó a Italia en septiembre de ese mismo año para más tarde instalarse en la ciudad de Milán. Ahí asistió a la escuela primaria y secundaria con las Hermanas Marcelinas, luego fue al Liceo Clásico León XIII, dirigido por los jesuitas.​ En la capellanía de la secundaria ejerció cierta influencia con su ejemplo, lo que hizo que más tarde fuera destacado por el plantel docente de la institución. Carlo transmitió en particular la importancia que tenía para él la Eucaristía que según él era «la autopista que lleva al Cielo».​

Fue criado en una familia tradicional pero no practicante. Sin embargo, a temprana edad mostró su gusto por la piedad y rezar en las iglesias, durante los viajes familiares solicitaba a sus padres visitar los santuarios de la región. De joven tuvo una devoción por la Eucaristía y por la Virgen María, a quien luego definió como «la única mujer de mi vida». Se interesó por la historia de las apariciones de Nuestra Señora de Lourdes y de la Virgen de Fátima, también estudió la vida de los santos, entre ellos Luis Gonzaga y Tarsicio, pero en particular se interesó por Francisco de Asís, Antonio de Padua, Domingo Savio y los tres pastores de la Virgen de Fátima: Francisco Marto, Jacinta Marto y Lucía dos Santos. Su madre tomó clases de teología para poder responder a las cuestiones que Carlo le planteaba.

A los siete años Carlo manifestó su deseo de recibir la comunión a la que llamó «mi autopista hacia el Cielo». 8​ Para no ceder a lo que creían que era un capricho, sus padres consultaron a monseñor Pasquale Macchi, ex secretario del papa Pablo VI. Tras constatar la madurez del niño, el prelado lo autorizó a realizar su primera comunión. La ceremonia tuvo lugar en el Monasterio Ambrosiano de Perego el 16 de junio de 1998. Desde entonces y hasta su muerte, Carlo asistió todos los días a misa. En una ocasión dijo: "Si nos acercamos a la Eucaristía todos los días, vamos directos al Paraíso". Rezó el rosario todos los días, se confesaba una vez por semana y participaba en el catecismo para los niños de su parroquia.

También dedicaba su tiempo libre a visitar a los ancianos y ahorraba dinero para dárselo a los más necesitados, ayudaba a las personas sin hogar, fue voluntario en los comedores populares y ayudó como catequista,​ a menudo decía: «La felicidad es mirar a Dios. La tristeza es mirarte a ti mismo».​

Mostró interés por las tecnologías de la información y la comunicación y como aficionado a la informática, ideó y organizó un material audiovisual relacionado con sus creencias religiosas acerca de la Eucaristía y los milagros eucarísticos. Fue precursor del uso de estos materiales para la difusión de contenidos religiosos. Tras dos años de investigación y viajes, en los que también participaron sus padres, elaboró una de sus obras más importantes: una exposición sobre los milagros eucarísticos en el mundo, su trabajo recoge un total de 136 milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia católica, con fotografías y descripciones. La exposición se inició en un sitio web pero posteriormente se materializó y se ha difundido por los cinco continentes. Solo en los Estados Unidos ha llegado a varias parroquias y universidades. También a algunos de los santuarios marianos más famosos, como Fátima, Lourdes y La villa de Guadalupe,​ por esta razón, se ha pensado en él como posible patrono de Internet.​

Enfermedad y fallecimiento
Carlo enfermó de leucemia del tipo M3, a principios de octubre de 2006.​ Al entrar al hospital le dijo a su madre: «De aquí ya no salgo».​ Más tarde, también les comentó a sus padres: «Ofrezco al Señor los sufrimientos que tendré que padecer por el papa y por la Iglesia católica, para no tener que estar en el Purgatorio y poder ir directo al Cielo». Cuando la enfermera le preguntaba cómo se sentía con esos dolores, Carlo respondía: «Bien. Hay gente que sufre mucho más que yo. No despierte a mi madre, que está cansada y se preocuparía más».16​ Pidió la extremaunción y tres días después del diagnóstico, el 12 de octubre de 2006, falleció en el hospital San Gerardo de Monza, Italia.

Antes de conocer su enfermedad, Carlo grabó un vídeo donde dijo que, si moría, le gustaría que lo enterraran en Asís. Por ello fue sepultado allí.

Fama de santidad
El día de su funeral asistieron varias personas inesperadas. Según su madre, había personas que ella no conocía, como personas sin hogar, inmigrantes, mendigos y niños. Gente que le hablaba de Carlo y de su trabajo social, de lo que él había hecho por ellos, y de lo que ella no sabía nada.

Existen más de doscientos sitios y blogs que hablan sobre él en diferentes idiomas y hay historias de conversión inspiradas en él que ocurrieron tras su muerte.20​ Los padres recibieron cartas y solicitudes de oración de todo el mundo, y gran parte de este material fue recolectado durante la fase diocesana de beatificación.​

 

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