La paradoja de dar y recibir
Tan importante es dar generosamente como agradecer lo recibido. Creemos que el corazón de las personas está hecho tanto para dar como para recibir. Y aunque dar y recibir parecen opuestos, no lo son tanto.
Con el paso de los años nos vamos dando cuenta que en el fondo, nos hace bien dar y nos hace bien recibir. Necesitamos ambos, porque nuestro corazón anhela dar y recibir.

Al dar, acojo
Al dar algo (material o no) o al darme a mi mismo, yo tengo la iniciativa, tengo inicialmente el control de la situación. Pero rápidamente, en el momento en que he entregado el regalo, estoy manos de la otra persona, de su reacción.

Al recibir, doy
Por otra parte, cuando recibo un regalo, a priori da la impresión de que es algo pasivo: no hago nada, simplemente recibo. Pero no es tan pasivo: cuando acojo lo que se me da, me abro a la otra persona y de manera parecida a cuando doy un regalo, salgo de mi mismo para reconocer el esfuerzo de quien me ha obsequiado.

Las personas que son generosas en el dar y en el recibir son aún más felices y encuentran más sentido a sus vidas, porque sus acciones se corresponden al deseo de su corazón: dar y recibir.
¿Qué es más fácil, dar o recibir? En nuestra opinión recibir es más difícil... porque recibes lo que el otro te quiere dar y no siempre es lo que que esperas recibir.
Y sin embargo... ¡siempre hay que agradecer!

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