A Loreto le daban solo unos segundos de vida después del nacimiento, y su padre la bautizó nada más nacer. Hoy tiene ya tres meses y los médicos no se explican lo que ha pasado. Sus padres, Israel y María, padres de otros cuatro hijos, cuentan esta historia, que también lo es de fe y oración, a Álvaro de Juana.
Su vida era científica y clínicamente imposible, desde que en el embarazo unas pruebas le detectaron una holoprosencefalia. Loreto, nació prematuramente a las 30 semanas de gestación con una malformación en el cerebro, y cada segundo de su vida sigue asombrando a los médicos. Ya ha cumplido tres meses.