Hay momentos en la vida de una familia, sobre todo cuando los hijos son pequeños, en que los esposos no pueden dedicar todo el tiempo que querrían a Dios. María Álvarez de las Asturias —abogada especialista en Derecho Canónico y fundadora del Instituto «Coincidir»— recuerda el consejo que a ella le dio un sacerdote: «Al Señor se le da gloria atendiendo a lo que ha puesto en nuestras manos». Nos ha confiado el cuidado del esposo o de la esposa y de los hijos, y nos ha pedido amar al Señor en el esposo, en la esposa, en los hijos. No son un obstáculo, sino el camino que Dios nos ha puesto para llegar a Él. En la vida matrimonial y familiar encontramos al Señor.