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- Audiencia General con el Papa (completa) - Miércoles 13 de noviembre de 2019

Como cada miércoles, el Papa Francisco celebró la Audiencia General en la Plaza de San Pedro, a las 9:15 de la mañana.

Áquila y Priscila - protagonistas de la catequesis del Papa hoy - sobresalen como como modelos de una vida conyugal comprometida al servicio de toda la comunidad cristiana y nos recuerdan que gracias a la fe y al compromiso en la evangelización de muchos laicos como ellos, el cristianismo echó raíces y ha llegado hasta nosotros.

El Papa Francisco prosiguió con sus catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles, reflexionando hoy sobre la estadía de Pablo en la ciudad de Corinto, en su camino del anuncio de la Buena Noticia de Jesucristo por el mundo. Los hechos narran que Pablo, después de su estadía en Atenas, caracterizada por la hostilidad, pero también por frutos como la conversión de Dionisio y Damaris, pasó un año y medio en Corinto, ciudad comercial y cosmopolita.

Ahí encontró a Áquila y Priscila, pareja de esposos cristianos que había tenido que dejar Roma por la expulsión de los judíos decretada por el emperador Claudio. Ellos, con un corazón lleno de fe en Dios y de generosidad hacia el prójimo, le abrieron las puertas de su hogar a Pablo, testimoniando el valor cristiano de la hospitalidad. Acogieron al Evangelizador y también el anuncio que él llevaba: el Evangelio de Cristo.

Persecución a los judíos está comenzando a renacer
El Santo Padre quiso hacer una paréntesis antes de seguir con su catequesis, para poner de relieve una situación que comienza a darse también en nuestros días: la de la persecución de los judíos. Recordando las brutalidades cometidas a este pueblo en el siglo pasado, constató que hoy ha "comenzado a renacer" el "hábito de perseguir a los judíos", y lanzó un llamamiento apremiante:

“Hermanos y hermanas, esto no es humano ni cristiano. ¡Los judíos son nuestros hermanos! Y no deben ser perseguidos”.

Descentrarse para practicar el arte cristiano de la hospitalidad
Prosiguiendo luego con la catequesis, se centró en la bondad de Áquila y Priscila, quienes demostraron tener “un corazón lleno de fe en Dios y generoso con los demás". Ellos, dijo, eran poseedores de “una sensibilidad que los llevó a descentrarse para practicar el arte cristiano de la hospitalidad”. Pablo apreciaba también el trabajo que los esposos realizaban - eran tejedores de lona para tiendas de uso doméstico - , puesto que Pablo consideraba el trabajo manual, no sólo "lugar privilegiado para dar testimonio cristiano, sino también medio de subsistencia" y un modo de "no ser un peso para los demás".

Hoy como ayer, familias “templo para la Eucaristía”
Esta pareja cristiana abrió también su casa a la comunidad local de cristianos, convirtiéndola en una “domus ecclesiae”, es decir, lugar de escucha de la Palabra de Dios y de la celebración de la Eucaristía.

El Apóstol que “tenía el corazón agradecido”, cuando más tarde escribe a los Corintios, habla de la “comunidad que se reúne en su casa”, de sus “colaboradores en Cristo Jesús”, que "para salvar su vida arriesgaron sus cabezas". El Papa hizo notar que esta situación se da todavía en nuestros días en algunos países donde no hay libertad religiosa, y en donde los cristianos se reúnen escondidos para rezar y celebrar la Eucaristía. Y dijo:

“Aún hoy existen estas casas, estas familias que se convierten en un templo para la Eucaristía”. “¡Cuántas, cuántas familias en tiempos de persecución, arriesgan sus cabezas para mantener escondidos a los perseguidos! Este es el primer ejemplo: la acogida familiar, incluso en los malos tiempos”.

Los laicos dan el humus al crecimiento de la fe
De entre los numerosos colaboradores de san Pablo, Áquila y Priscila sobresalen como como modelos de una vida conyugal comprometida al servicio de toda la comunidad cristiana y nos recuerdan que gracias a la fe y al compromiso en la evangelización de muchos laicos como ellos, el cristianismo echó raíces y ha llegado hasta nosotros.

Los laicos, aseguró finalmente el Pontífice, son “responsables desde su Bautismo, de llevar adelante la fe”, puesto que, recordó citando a Benedicto XVI, "los laicos dan el humus al crecimiento de la fe".

Pidamos a Dios nuestro Padre que infunda su Espíritu Santo en todas las parejas cristianas para que, a ejemplo de Áquila y Priscila, sepan abrir las puertas de su corazón a Cristo y a los hermanos, y sus hogares sean verdaderas iglesias domésticas donde se viva la comunión fraterna y se dé a Dios el culto de una vida de fe, esperanza y caridad.

Recién casados, sientan su vocación
En su catequesis en italiano el Papa concluyó recordando su Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, en el punto 11, en donde describe a los esposos como “verdadera escultura viviente”, y llamó a los recién casados a “sentir su vocación”:

“Deben ser la verdadera escultura viviente: derramar su Espíritu sobre todos los matrimonios cristianos para que, a ejemplo de Aquila y Priscila, abran las puertas de sus corazones a Cristo y a sus hermanos y hermanas y transformen sus casas en iglesias domésticas. Una palabra bella: una casa es una iglesia doméstica, donde vivir la comunión y ofrecer el culto de la vida vivida con fe, esperanza y caridad”.

- Al final de la catequesis en la audiencia general, el Papa realizó un apremianto llamamiento por Burkina Faso, que la semana pasada fue golpeada por otro acto de violencia.
Ciudad del Vaticano

"Dirijo un pensamiento especial al querido Burkina Faso, que desde hace algún tiempo sufre violencias recurrentes y en donde recientemente un atentado ha costado la vida a casi cien personas". Al finalizar la catequesis en la Audiencia General, el llamamiento del Papa que hace referencia al ataque a autobuses con mineros de una empresa francesa, que tuvo lugar la semana pasada. El Papa Francisco quiso dirigir su pensamiento a este país africano, uno de los más pobres del mundo, donde los grupos extremistas islámicos han comenzado a infiltrarse.

Multiplicar los esfuerzos por el diálogo y la armonía
Confiando al Señor a las víctimas, a los heridos, a los desplazados y a los que sufren esta tragedia, el Papa Francisco dirige una fuerte exhortación para animar el camino del diálogo:

Hago un llamamiento para que no falte la protección de los más vulnerables; y aliento a las autoridades civiles y religiosas y a todos los que están animados por la buena voluntad a que multipliquen sus esfuerzos, en el espíritu del Documento de Abu Dhabi sobre la Fraternidad Humana, para promover el diálogo interreligioso y la concordia.

 

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