En la oración mariana del Ángelus, el Santo Padre medita sobre el rechazo que hace Jesús de imputar nuestros males a Dios, que invita a la conversión.
Al finalizar, el Papa insistió en que “¡Dios cree en nosotros! Se fía de nosotros y nos acompaña con paciencia”. Y pidió a los fieles no desanimarse.
“Dios es Padre y te mira como un padre: como el mejor de los papás, no ve los resultados que aún no has alcanzado, sino los frutos que puedes dar; no lleva la cuenta de tus faltas, sino que realza tus posibilidades; no se detiene en tu pasado, sino que apuesta con confianza por tu futuro”, dijo.
Al despedirse, el Papa Francisco saludo a los peregrinos de Italia y otras naciones, pidiendo como siempre que no olviden rezar por él.