Ella es nuestra Madre del Cielo, que nos convierte a todos en hermanos y nos invita a vivir como tal. Pidámosle que interceda por nosotros y escuche los anhelos de nuestro corazón, que nos ayude a comprender aquello de lo que no somos capaces, que nos dé la fuerza y el coraje para dar un paso adelante y que no dejemos las cosas en palabras sino pasar a la acción con el fin de ver un verdadero cambio. Las cosas no se hacen solas, el mundo no puede ser mejor si no nos lo proponemos y actuamos, sin embargo no podemos solos, necesitamos de su fuerza y de su amor de Madre.
ESCUCHAR, DECIDIR Y ACTUAR es a lo que nos invita la Virgen María el día de hoy y qué mejor manera de comunicarnos con ella que a través del Santo Rosario. Regalémosle una rosa a nuestra madre. Dios te salve María….