“Hoy le oigo decir a menudo a los padres norteamericanos: «Yo solo quiero que mi hijo sea feliz». Por desgracia, cuando dejas que los niños norteamericanos actuales hagan lo que les hace felices, lo más probable es que el resultado sea chicas adolescentes que dedican todo su tiempo a Instagram o Snapchat, y chicos adolescentes cuyos pasatiempos favoritos son los videojuegos y la pornografía”, dice experto Leonard Sax, médico de familia y psicólogo y fundador de la Asociación Nacional para la Educación Pública Diferenciada. “No sirve de nada dejar que los niños hagan lo que deseen a no ser que antes hayas educado sus deseos. La primera tarea del padre es educar los deseos de su hijo: inculcarles el deseo de algo más elevado y mejor que los videojuegos o la pornografía o las redes sociales, ya lo encontremos en la ciencia, en la música, en el arte, en la naturaleza o en la religión¨, dice Sax.