El Vaticano pide que una autoridad imparcial regule los mercados financieros, para que no creen mayor pobreza.
Lo hace en un interesante documento oficial sobre ética y mercados financieros preparado por dos grandes departamentos de la Curia, la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y aprobado personalmente por el Papa.
Se titula “Cuestiones Económicas y Financieras”.
El Vaticano pide a quienes trabajan en la finanza que jueguen limpio y no se enriquezcan a costa de otros, que “difundan riqueza y eliminen desigualdades”.
Recuerda que aunque operaciones como la especulación o las empresas offshore, sean jurídicamente viables, plantean serios problemas éticos.
Y propone que una autoridad externa impida que los productos tóxicos entren en el mercado y sancione a quienes lo perjudiquen.