Francisco advierte de las consecuencias del desempleo y pide a los cristianos que recen en octubre para que haya trabajo y trabajo digno. El papa Francisco habla a menudo de conciliar trabajo y familia, de los dramas personales que genera la falta de trabajo o la explotación, y de sus consecuencias para toda la sociedad. Pero sobre todo denuncia el modelo económico, más centrado en la búsqueda de beneficios que en el bien común.