En la catequesis del miércoles el Papa explicó que hay pecados que se ven y pecados que se enquistan en el corazón sin que nos demos cuenta y no hacen ruido. Por ejemplo, la soberbia.
El Papa avisó de que el orgullo divide a las personas, porque hace que desprecien a los demás y crean que son prácticamente como Dios. Concluyó que esta cadena de amor se remonta hasta Dios, que ha sido el primero que nos ha amado e invitó a contemplarlo en la Cruz.