El “Tren de los niños”, cada año trae a un grupo de pequeños viajeros para que pasen la mañana con el Papa. Este año son de barrios delicados de Nápoles, Cerdeña y Génova.
El Papa les dio buenos consejos y también les pidió que distingan quién inspira las cosas buenas en sus corazones y quién las malas. Es decir, a escuchar los consejos de Dios y no los del diablo...