El Papa se reencontró con tres viejos amigos: Un católico, un judío y un musulmán. Son los fundadores del Instituto del Diálogo Interreligioso de Buenos Aires, un organismo que el propio Jorge Mario Bergoglio impulsó cuando era el arzobispo de la ciudad argentina.
Se reunieron en Roma para estudiar cómo exportar esta organización a todo el continente americano. Trabajan desde hace años en Argentina para promover el respeto entre las diferentes religiones como parte del respeto a la Creación.
El Papa Francisco les pidió que con su trabajo sigan demostrando que las religiones pueden contribuir a la cultura del encuentro. También invitó a todos los líderes a condenar el uso de la religión como excusa para los violentos.