El Papa recordó ante musulmanes, judíos, budistas e hindúes, que las religiones deben frenar los conflictos y las divisiones siendo mensajeras de paz y tendiendo puentes.
El Papa aludió a los atentados cometidos en nombre de la religión, y pidió que sean siempre condenados inequívocamente.
Francisco recordó que no estaban allí para mezclar sus religiones, sino para conocerse mejor y respetarse más.
Por eso, para acabar con los conflictos entre creyentes, les propuso trabajar juntos en obras de caridad, y defender juntos la total libertad religiosa.