El Papa Francisco visitó el monumento dedicado a los seis millones de judíos asesinados durante el Holocausto.
Después, Francisco pronunció un discurso en el que evocó la pregunta de Dios a Adán.
El Papa también se preguntó qué había hecho creer al hombre que podía ser Dios para decidir sobre el destino de otros hombres.
"¿Quién te ha contagiado la presunción de apropiarte del bien y del mal? ¿Quién te ha convencido de que eres dios? No sólo has torturado y asesinado a tus hermanos, sino que te los has ofrecido en sacrificio a ti mismo, porque te has erigido en dios".
En su discurso, que parecía una oración, el Papa pidió a Dios que nunca más suceda algo así e invocó su misericordia.
"¡Nunca más, Señor, nunca más! 'Adán, ¿dónde estás?' Aquí estoy, Señor, con la vergüenza de lo que el hombre, creado a
tu imagen y semejanza, ha sido capaz de hacer. Acuérdate de nosotros en tu misericordia".