El Papa presidió el domingo pasado la misa por la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado. A la ceremonia en la basílica de San Pedro asistieron cientos de emigrantes que viven en Italia desde hace años y a los que el Papa saludó afectuosamente.
En su homilía Francisco pidió a las personas que superen el miedo al extranjero. Explicó que para las comunidades de acogida, el migrante tiene que ser visto como una riqueza e invitó a dejar de lado ideas preconcebidas.
También hizo un anuncio. A partir del próximo año la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado pasará de celebrarse en enero a celebrarse la segunda semana de septiembre.