El Papa ha recordado que no hay ciudadanos de primera y de segunda categoría. Lo ha dicho ante estos representantes de pueblos indígenas, que frecuentemente son marginados por los gobiernos.
Están en Roma para estudiar cómo conciliar el desarrollo de sus poblaciones, sin perder las características propias de su cultura y sus territorios.
El Papa pide la plena participación de los indígenas en las decisiones que les afectan.
El Papa en concreto ha reclamado el derecho al consentimiento previo e informado de los indígenas a cualquier proyecto económico en sus tierras y poblaciones.