Antes de volver a Roma, el Papa quiso despedirse de los jóvenes que día tras día le esperaron junto al arzobispado de Cracovia.
El Papa les agradeció estos meses de preparación y también sus oraciones por la buena marcha de la JMJ. Les dijo que son la esperanza del futuro siempre que tengan memoria del pasado y coraje en el presente.
Comienza ahora la cuenta atrás para la próxima en 2019 en Panamá.