El Papa expresa en una carta lo que hubiera querido decir en persona a los obispos de Estados Unidos y ha enviado al padre Cantalamessa, predicador de la casa pontificia, para impartirles un retiro.
En el mensaje, el Papa reconoce que la Iglesia está afrontando momentos críticos y difíciles que afectan a todos sus miembros.
Por eso, el Papa pide “una renovada y decidida actitud” para reparar el daño creado y solicita una conversión de la manera de “rezar, de gestionar el poder y el dinero, de vivir la autoridad así también de cómo nos relacionamos entre nosotros y con el mundo”...