El nuncio en Irak y el Patriarca caldeo participaron en Roma en un encuentro en el que se presentó un plan para reconstruir la llanura del Nínive, donde hace 3 años los yihadistas perpetraron su genocidio contra cristianos y yazidíes.
Ese crimen fue denunciado desde el principio por el Papa, quien solicitó una intervención para proteger a las víctimas inocentes.