Después de cuatro encuentros con el papa Francisco en el Vaticano, los obispos chilenos anuncian que ponen sus cargos en manos del Santo Padre para que libremente decida respecto de cada uno.
El Papa deberá decidir si acepta esta renuncia en bloque, de forma particular o toma otras medidas. Los obispos han leído un escueto comunicado en el que también han pedido perdón.