El 29 de junio, Roma celebra el día de sus patrones, San Pedro y San Pablo. Y el Vaticano se viste de gala cada año para conmemorar esta solemnidad.
En su homilía, León XIV habló sobre la vida de estos apóstoles, considerados los fundadores de la Iglesia en Roma, y martirizados durante la época del emperador Nerón.
Pero el papa destacó de ellos que cada uno abrazó la fe y vivió su apostolado de una manera distinta, pero siempre con espíritu de fraternidad.