Estados Unidos ha trasladado su embajada a Jerusalén, una decisión del presidente Donald Trump que se ha saldado con violencia y con mayor crispación aún en una tierra que, en realidad, está llamada a ser la cuna de la paz. Ante la radicalización de las posturas, se hace cada vez más necesario fortalecer la presencia cristiana para evitar que la situación vaya a peor.