Algunos padres sinodales se rodearon de jóvenes en una peregrinación de 5 kilómetros. Recorrieron el último tramo de la Vía Francígena para luego entrar en la basílica de San Pedro y participar en una Misa en la que el Papa estaría presente.
El objetivo no era otro que rezar juntos por las conclusiones del Sínodo.