Los rumores falsos sobre el agravamiento de la salud del Papa emérito se ha convertido en una práctica común que cada cierto tiempo toma fuerza en ciertas esferas del Vaticano. En este caso comenzaron hace dos semanas, cuando desde las redes sociales y algunas páginas web comenzaron a difundir mensajes sin fundamento. Lo que está claro es que Benedicto XVI está cada vez más frágil. Ha sufrido dos ictus y ha perdido prácticamente la vista de un ojo. Tiene problemas en las articulaciones y sobre todo 90 años.