El Papa comenzó su segundo día en Bulgaria con una visita a una escuela abandonada convertida en centro de refugiados en Vrazhdebna, Rakovsky. Después el papa Francisco les explicó que los niños son los portadores de alegría en los tiempos difíciles y les pidió que tengan siempre esperanza.
Según el último informe de ACNUR, en Bulgaria hay alrededor de 700 refugiados.