El papa Francisco presidió la misa del Domingo de la Divina Misericordia en la plaza de San Pedro en compañía de 550 misioneros de la misericordia.
En su homilía, Francisco pidió a los cristianos que no se cierren a la misericordia de Dios que se experimenta a través de su perdón.
Francisco explicó además que es necesario pedir “la gracia de la vergüenza” como primer paso para acercarse a Dios después de haber cometido un pecado...