Cuando regresaba de su viaje a Chile, el Papa aseguró que no había denuncias contra el obispo Juan Barros. Pero además dijo a las víctimas que si tenían denuncias contra el ex colaborador de Fernando Karadima, que las hicieran lo antes posible.
Una semana más tarde, el Papa ha enviado a Santiago de Chile al duro arzobispo Charles Scicluna, ex fiscal para los casos de abusos, e implacable con los abusadores.
Como explica el Vaticano, “escuchará a quienes han manifestado la voluntad de dar a conocer elementos que poseen”.