La marquesa de Dai vivía en Mawangdui, China, hace 2.000 años. Al morir fue enterrada con sus mejores posesiones entre las que se encontraban sedas de incalculable valor.
Hace tan sólo 50 años un grupo de arqueólogos encontró sus sepulturas en un gran estado de conservación.
Es la primera vez que estas piezas salen de China por lo que la exposición es una oportunidad única para conocer mejor su cultura. Estará en Roma hasta el 16 de febrero de 2015.