El pasado 6 de mayo, como cada año, el Papa se reunió con los cuarenta nuevos reclutas de la Guardia Suiza, que vinieron hasta el Vaticano con sus familiares.
Era el aniversario del día en el que 147 guardias dieron su vida para salvar al Papa Clemente VII. Era el año 1527.
Por la tarde fue el solemne juramento en el que se comprometieron a defender con su propia vida a los sucesores de San Pedro. Una ceremonia espectacular.