Siria, un país totalmente destruido por la guerra. A los más de 210.000 muertos y millones de refugiados se une la destrucción de un patrimonio cultural único en el mundo.
Los civiles son quienes están pagando más caro un conflicto que ya dura cuatro años. Pero en medio de la oscuridad, un grupo de voluntarios aporta luz. Son los White Helmets, más de 2.200 ciudadanos que socorren a la población.