El Vaticano y la FAO han denunciado la terrible situación de la pesca ilegal. No se trata sólo de pesca abusiva, sino de pescadores forzados a trabajar durante meses o años en alta mar en situaciones inhumanas, con palizas, maltrato psicológico, y casi sin comer. Fue durante un encuentro que organizaron por el Día Mundial de la Pesca.