En Corea no fueron los misioneros quienes llevaron la fe sino los laicos que volvieron a su patria desde China tras convertirse al catolicismo. Para celebrar los 230 años de la llegada de la Iglesia al país, el Vaticano ha abierto las puertas a una exposición: “En la tierra como en el cielo”. Las obras muestran que los primeros pasos de la Iglesia no fueron fáciles. Se calcula que hubo más de 10.000 mártires. La Iglesia católica en Corea ha ocupado un papel destacable en ámbitos como la defensa de la dignidad humana, y ha puesto su empeño en hacer la voluntad de Dios “en la tierra como en el Cielo”.