El Papa se reunió con este grupo bastante heterogéneo. Había cardenales, jefes de policía, monjas, y miembros de organizaciones sociales de 30 países. Se trata del "Grupo Santa Marta”. Les une la lucha contra todas las formas de tráfico de personas: desde el comercio de órganos hasta la prostitución.
El cardenal Vincent Nichols preside este grupo bastante activo y eficaz. Comenzaron a trabajar hace dos años por iniciativa del Papa. Tienen dos objetivos: perseguir a los delincuentes como para atender a las víctimas.