El Papa sigue preocupado por la grave situación en Oriente Medio. Por eso, convocó en el Vaticano a los nuncios y representantes pontificios en la zona para examinar cómo puede ayudar la Iglesia a los cristianos y a las minorías perseguidas por los radicales.
También asistieron a la reunión los presidentes de los dicasterios relacionados con la región, los observadores permanentes de la Santa Sede en la ONU y el nuncio apostólico ante la Unión Europea.