El Papa se desplazó hasta Kaunas, la segunda ciudad más importante de Lituania, para la ceremonia más multitudinaria de este viaje.

Recorrió en papamóvil el parque Santakos, el lugar donde Juan Pablo II celebró Misa hace 25 años.

A pesar del frío asistieron unas 100 mil personas, entre ellas muchas familias.

El Papa recordó el sufrimiento de las personas de esta tierra durante las ocupaciones nazi y soviética, con miles de personas ejecutadas o deportadas a Siberia, por su raza, religión o por sus ideas.

Francisco pidió que se recordaran tragedias como el asesinato de 55 mil judíos en el gueto de Vilnia.

FRANCISCO
“Hagamos memoria de aquellos tiempos, y pidamos al Señor que nos dé el don del discernimiento para detectar a tiempo cualquier rebrote de esa perniciosa actitud, cualquier aire que enrarezca el corazón de las generaciones que no han vivido aquello y que a veces pueden correr tras esos cantos de sirena”. “Cuántas veces ha sucedido que un pueblo se crea superior, con más derechos adquiridos, con más privilegios por preservar o conquistar”.

El remedio que propuso el Papa es ponerse generosamente al servicio de quienes más lo necesiten, es decir, de los últimos de la sociedad.

Entre los asistentes había también peregrinos de países cercanos, como Rusia, Polonia, Noruega, Ucrania o incluso Islandia.