El Papa pidió el domingo, oraciones por las dos Coreas en vísperas de la reunión entre Trump y Kim Jong-un.
Reflexionó sobre el Evangelio del domingo, y avisó de un comportamiento que, si no se detiene, dijo, destruye familias, amistades, comunidades e incluso a la sociedad.
“Acoger la palabra de Jesús nos hace hermanos, nos hace familia de Jesús. Hablar mal de los demás, destruir su fama, nos hace familia del diablo”.