El Papa se ha reunido con representantes de las Iglesias Ortodoxas Orientales. Son obispos y metropolitas que forman parte de una comisión para el diálogo teológico entre católicos y ortodoxos.
Muchos de estos obispos y metropolitas proceden de países donde las comunidades cristianas son discriminadas o perseguidas. Por eso, el Papa ha vuelto a hacer alusión a los mártires cristianos, tanto católicos como ortodoxos, y ha lamentado que el "extremismo fundamentalista” ponga a prueba a estos cristianos a diario.
También ha denunciado que en estos países operan muchos intereses extranjeros que han producido "malas condiciones de vida y desiertos culturales y espirituales en los que es fácil de manipular e instigar el odio”.
Por eso, ha pedido a estas comunidades cristianas que nunca dejen de sembrar la paz y la esperanza en medio de la violencia.