El Papa celebró el Jueves Santo en una cárcel. En la homilía explicó el significado profundo de este gesto de servicio reservado para los esclavos, y con el que Jesús quiso dar ejemplo a todos los cristianos.
"Os digo que si podéis ayudar a alguien, hacerle un favor en la cárcel, al compañero o la compañera, hacedlo. Porque esto es amor, esto es como el gesto de lavar los pies. Es ser siervo de los demás. Durante esta ceremonia pensemos en Dios, en Jesús. No es una ceremonia folclórica, es un gesto para recordar lo que nos ha dado Jesús. Después de esto, tomó el pan y nos dio su Cuerpo; y tomó el vino, y nos dio su sangre. Así es el amor de Dios. Hoy pensemos solo en el amor de Dios”.