Alexia González-Barros falleció en 1985 con apenas 14 años, tras diez meses de dura enfermedad. Muchos la describen como una joven alegre y valiente. A todos sorprendió la actitud con la que afrontó su enfermedad.
Ha sido declarada venerable. Con este decreto el Papa reconoce la vida ejemplar de esta niña y la propone como ejemplo a las personas de todas las edades. El reconocimiento de las “virtudes heroicas” es un paso importante del proceso de beatificación. Ahora, el postulador debe presentar un milagro atribuido a la intercesión de Alexia para que pueda ser beatificada.